La lagartija.
Había una vez una lagartija muy pequeña de color verde, la lagartija era tan pequeña que vista desde lejos parecía un gusano.
Cada día la lagartija se quejaba de su tamaño y no dejaba de criticarse a sí misma diciendo que algún día terminaría siendo aplastada por algún zapato despistado. Pero una mañana, mientras varias lagartijas se encontraban muy cómodas tomando el sol, un par de aves comenzaron a bajar hacia ella dispuestas a comérselas. Finalmente solo quedo la pequeña lagartija a la cual ni siquiera habían visto.
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